¿ADICCIÓN A LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS? DIFERENCIAS ENTRE “USO”, “ABUSO” Y “DEPENDENCIA”

¿Adicción a las nuevas tecnologías? Diferencias entre “uso”, “abuso” y “dependencia”

El momento que estamos viviendo y relacionado con noticias de actualidad, se está hablando mucho acerca de adicciones a los videojuegos, al móvil, a las redes sociales y cómo está impactando esto en nuestra sociedad, sobre todo en los jóvenes. Existe un amplio debate acerca de la clasificación de la “adicción” a las tecnologías como una conducta adictiva o como un uso problemático de estas, debido a problemáticas de carácter biopsicosocial, reflejo de dificultades en distintas áreas de la persona.

¿Qué control tenemos sobre nuestro uso de los dispositivos? ¿Cuánto tiempo pasamos en las redes sociales? ¿Te acuestas mirando el móvil y empleas más tiempo del que pensabas antes de apagar e irte a dormir? ¿Tus hijos pequeños pasan mucho tiempo usando la Tablet y la consola? ¿Qué reacciones tienen cuándo les dices que las tienen que apagar? ¿Cuándo se levantan ya están pensando en jugar?

Para saber diferenciar si estoy haciendo un buen uso o por el contrario me está empezando a suponer problemas, a mí o a algún ser querido, vamos a hacer una breve explicación diferenciando entre “uso”, “abuso” y “dependencia”.

Uso

Diferenciamos entre tres tipos de uso.

  • Uso experimental: la persona va a consumir una o dos veces elementos que pueden generar adicción (dentro de las tecnologías hay un amplio campo al que nos referimos, como el uso de redes sociales, juego, pornografía, videojuegos…), pero decide no volver a consumirlos.
  • Uso recreativo: está ligado a situaciones sociales de ocio, dónde la persona suele estar acompañada de otras personas cercanas de su ámbito social. Es un uso controlado y no funciona como vía de escape de otras situaciones negativas. Su objetivo va a ser experimentar sensaciones agradables y conseguir placer.
  • Uso habitual: para clasificar el consumo como habitual, normalmente la persona ha empezado como un consumo recreativo. La frecuencia y la intensidad del uso han ido en aumento y está adquiriendo un papel relevante en la vida de la persona. El hecho de que se haga un uso habitual va a adquirir una función que aumenta la probabilidad de repetición en un futuro y por tanto de desarrollar una dependencia psicológica y física.

Abuso

Durante el abuso ya estamos hablando de un uso recurrente, de al menos un año, que va a producir en la persona, malestar clínicamente significativo en uno o más de los siguientes aspectos.

  • El uso continuado de las tecnologías le lleva a incumplir sus responsabilidades en lo laboral, escolar y familiar.
  •  Sigue haciendo un uso continuado incluso en situaciones que pueden entrañar peligro.
  • Tiene problemas legales repetidos debidos a su conducta de abuso.
  • Sigue haciendo un uso continuado a pesar de los problemas sociales o interpersonales que le está suponiendo su conducta.

Dependencia

Dependiendo de factores personales y del entorno de la persona que está haciendo uso de las tecnologías, se puede desarrollar una dependencia psicológica y física.

Es importante hacer distinción entre el “uso frecuente” y la “dependencia” de las nuevas tecnologías. Hay que tener claro que más que por la frecuencia del uso de los dispositivos, situaciones de atracción por usarlos o el mero placer por utilizar una red social, la conducta adictiva se rige por la relación de dependencia que se crea con los dispositivos tecnológicos.

En este momento ya estaríamos hablando de una pérdida de control respecto a su uso, una grave interferencia o malestar en la vida de la persona, tanto a nivel familiar, laboral o educativa.

En esta línea, las personas con adicción a las nuevas tecnologías experimentan síndrome de abstinencia al no tener acceso a ellas, o cuando tienen que detener su uso de manera involuntaria, caracterizado por la presencia de síntomas de irritabilidad, disforia y malestar emocional general.

Por ejemplo, un niño que juega todos los días ocho horas a la videoconsola, si le quitamos el acceso durante una semana, durante los primeros días experimentará síntomas de ansiedad, irritabilidad y un deseo constante de jugar.

Por lo tanto, para considerar que el uso que hacemos de las tecnologías es adictivo, este debe ser prioritario anteponiéndose a las actividades de la vida diaria. Se da un deseo intenso e irrefrenable de consumirlas, con un patrón de consumo compulsivo, falta de control por parte de la persona, la ocupación de la mayor parte de su tiempo y el abandono de otras actividades vitales relacionadas con cualquiera de las esferas, tanto familiar, como social y laboral o académica.

También se debe contar con que la persona con adicción a las nuevas tecnologías presenta negación sobre la realidad de su conducta, minimizando su situación, ocultando y mintiendo acerca de su uso y su duración.

Además, el uso puede presentar en los casos de dependencia, síntomas de tolerancia, necesitando utilizar durante más tiempo los dispositivos para experimentar el mismo placer, junto con la falta de control para finalizar su uso.

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