SUICIDIO ADOLESCENTE

Suicidio adolescente ¿Conoces el 024?

El 024 es la Línea de atención a la conducta suicida que pone a disposición de los ciudadanos el Ministerio de Sanidad. Este es de alcance Nacional, es gratuito, confidencial y funciona los 365 días del año. Va dirigido a personas con conductas e ideas suicidas, así como a personas cercanas y familiares de víctimas de suicidio.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el suicidio es la primera causa de muerte no natural en España, con especial impacto entre los jóvenes. Casi un 20% de chicos y chicas de entre 14 y 19 años ha deseado su muerte durante los últimos años.

Cuando existe un profundo malestar emocional a estas edades, los jóvenes pueden llegar a ver el suicidio como una vía de escape para acabar con su sufrimiento. Hay que prestar atención a señales que pueden ser determinantes, ya que lo más probable es que quieran ocultarlo y no quieran acudir a sus padres o familiares para pedir ayuda. ¿Tan mal puede estar pasándolo mi hijo para pensar en acabar con su vida? Lamentablemente, la respuesta es sí.

Hay factores de riesgo que determinan pensamientos suicidas entre los más jóvenes, como son el bullying o acoso escolar, tanto presencial como en redes sociales, que puede empezar en la etapa escolar de primaria; la violencia o abuso doméstico; la discriminación por la orientación sexual o la identidad de género; el racismo; pérdida de un ser querido; divorcio de los progenitores; antecedentes de problemas de salud mental; sufrir depresión, ansiedad y otros trastornos psicológicos.

Nunca debemos asumir que afirmaciones de gravedad relacionadas con ideas suicidas son una llamada de atención propias de la edad. Debemos pedir ayuda de inmediato si nuestro hijo expresa de alguna manera, ya sea diciéndolo o por escrito, afirmaciones como “ya nada importa”, “desearía dormirme y no despertarme más”, “dentro de poco no tendrás que preocuparte más por mí”, “todo estaría mejor si yo no existiera”, “me quiero morir”, “no quiero llegar a los 18”, “No sé cuántos vendrían a mi funeral” entre otras frases de esta importancia.

Ante esto muchos padres pueden sentirse desbordados, hasta el punto de querer negar que existe un peligro real. Esto es un sentimiento normal, pero debemos priorizar el bienestar del adolescente intentando validar sus emociones, escuchar con comprensión y empatía, creando un clima de seguridad que fomente la comunicación, deben sentir nuestra ayuda y nuestra confianza. Si no podemos manejar nuestros sentimientos tenemos que pedir ayuda para saber como hacer frente a la situación. Debemos intentar cambiar frases como, “Eso es muy cobarde”, “¿cómo vas a pensar esa barbaridad?”, “¡No vuelvas a decir algo así en tu vida!”, por otras en las que se puedan sentir comprendidos como, “hay momentos en los que tenemos mucho sufrimiento, debes estar pasándolo muy mal y no sabes cómo solucionarlo”.

Si su hijo se autolesiona o intenta suicidarse debe llevarle de inmediato al hospital. Si no lo ha intentado, pero detecta ideas suicidas, pida ayuda a su médico para poder hacer una valoración en Salud Mental o pida ayuda psicológica.

No lo ocultemos, vamos a actuar, el suicidio se puede prevenir.

 

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