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La cancelación de la consulta podrá realizarse hasta 24 horas antes y se devolverá la totalidad del importe..
En este caso convocamos primero a los padres para hablar con tranquilidad del problema de su hijo.
Esto se hace así porque muchas veces los niños ya han pasado antes por otros psicólogos, médicos y queremos darles un respiro. Muchas veces el problema se puede resolver trabajando directamente con los padres y las familias se sienten más cómodas con esta metodología de trabajo.
Cuando nos llama un padre o una madre de un hijo adolescente, siempre hacemos las siguientes preguntas: ¿él/ella sabe que estás llamando? ¿quiere venir?. Si los padres nos responden que su hijo no sabe nada, o que lo sabe pero no quiere venir, entonces se ofrecen las siguientes opciones:
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Que acudan ellos solamente. Al fin y al cabo, como en el caso anterior, podemos trabajar con ellos sin ver al chic@, sobre todo si existe un conflicto familiar.
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Que se lo digan a su hijo/a y que le inviten a venir. Si quiere, puede venir a escuchar, no tiene que hablar si no lo desea. Se intenta evitar que el adolescente sienta que tiene que venir a la fuerza. Lo ideal en un futuro, es crear un vínculo adolescente-terapeuta que haga que se sienta en un lugar de encuentro cómodo y seguro.
Si llama una madre o un padre por su hijo/a mayor de edad, solemos preguntar por qué no llama él/ella personalmente.
A veces es porque el hijo no quiere acudir, o porque le da vergüenza llamar. Si nos dice que no llama porque no quiere venir, ofreceremos la posibilidad de una entrevista con los padres a solas e intentaremos en un futuro invitarle a que acuda él/ella, ya que será más efectivo el tratamiento y descubrirá un lugar de encuentro con el terapeuta en el que ser uno mismo, sin ser juzgado, donde poder encontrarse cómodo y seguro. En todos los casos podrá acudir con quién quiera.